julio 23, 2008

Carta a la conciencia colectiva

Sabes, yo jugaba conmigo y jugaba con mi voluntad. No supe de que era capaz mi ingenuidad, aunque mi lascivia está más presente que mi inocencia, !Ja! Todavía creo en el unicornio azul del Señor Silvio Rodriguez, sí, así fue como bauticé mi inocencia, y ya ves, se me perdió, se fue... buéh volviendo al tema, tenía esta necia necesidad de sentir el fuego en mis manos, de retar la inercia de dos cuerpos abrazados ¿si sabes cómo no? Te pasa cuando quieres que algo pase, pero sabes bien que no debe pasar, pero no sabes si debe pasar o no - me encanta el juego de palabras - el caso es que pasó.

El sentirlo fingir durmiendo recostado en mi pecho. Tantos meses sembrando para cosechar ese primer beso, sé que te ha pasado. Me gustaba su aliento comunicándose con el mío, y además él hacía ruidos extraños que dizque para arrullarse, y eso para mi aún es un misterio. Pero fue él quien dio el primer beso, el fuego me quemó, ignoro si estoy satisfecha pero, así, o más o menos así fue la mañana que por primera vez tuve sexo con mi mejor amigo. Soy rara, pero es divertido retar la inercia.

1 comentario:

COMO MUCHOS.. QUERIENDO NADA MAS.. dijo...

TE AMO AMIGA.... EN VERDAD JJAJA ME EMOCIONA COMO ESCRIBES DE ESTO, INCLUSO ES MAS INTERESANTE Q EN PERSONA JAJAJ FASCINANTE