octubre 11, 2008

El Regreso



- ...“La Casa de Hilda”, nos vemos en la “La Casa de Hilda” a las 7:00 pm - son las 7:12 pm y él no llega. Me sudan las manos ¡apenas creo que lo voy a volver a ver!

Estoy intrigada. No puedo evitar morderme los labios, mi cuerpo se siente tan extraño como si el aire no fuese suficiente, siento tan poca fuerza en mis brazos. No puedo negarme que si, estoy feliz por su regreso, por volver a estar frente a él. Han pasado poco más de cinco años desde que se fue a Europa. Yo lo quería, lo quería tanto, tanto como después lo aborrecí por borrarme de su vida al poco tiempo de establecerse en Holanda.

7:25, no llega. Empieza a molestarme en verdad la insistencia con la que me mira esa mujer , a diferencia mía parece que sólo viene a pasar el tiempo, no viene con nadie y a nadie espera, no revisa su reloj como yo lo hago de forma programada cada cinco minutos, tampoco vigila la puerta y las otras mesas tratando de reconocer en ellas el rostro de un ser una vez y aun amado. Sin embargo tiene una personalidad tan atrayente, se manifiesta tan dueña de su feminidad, su arreglo es tan dedicado, la forma en que convina su ropa con cada accesorio, la forma con la que acomoda su cabello, y ese toque de misterio que le dan sus lentes oscuros, lo cual a la vez me resulta ridículo, pretensioso, o será tal vez que oculta los estragos de una noche anterior, o los golpes de un amante celoso. La envuelve cierta sensualidad que me seduce y a la vez produce en mi cierta envidia. Como sea no me gusta el acoso de su mirada, esa curiosidad por mi persona, quizá me compadezca o se divierta de mis expresiones de angustia, o los reflejos en mi rostro por mi dialogo interno.

7:30, es mucho ¿qué se cree? ¿que puede aparecer de repente en mi vida con una llamada? Qué exceso de cinismo, sacarme de mi casa un domingo por la tarde y tenerme como una idiota esperándolo, pero la pendeja soy yo que le sigo su juego corriendo al closet para encontrar la imagen perfecta de la estúpida e idiota novia abandonada que premia el regreso de su exnovio, el que dejó de hablar, el que nunca volvió a contestar un correo, el que simplemente, desapareció. Tal vez se arrepintió, pero no puedo evitar creer que en cualquier momento aparecerá con un ramo de rosas, aunque nunca me regalo ni una triste flor arrancada de un jardín ajeno, como sea es demasiada mi intriga y mis ansias por verlo como para rendirme a tan solo media hora - espero me perdones Emilia, yo no quise lastimarte, fuiste la única mujer que ame, ojalá me puedas comprender y perdonar -. Esas fueron sus palabras y por eso estoy aquí, tal vez me diga que se casó, tal vez tenga hasta hijos, no lo se pero ya no puedo más y el maldito café me sabe a cianuro. - ...“La Casa de Hilda”, nos vemos en la “La Casa de Hilda” a las 7:00 pm -. Eso fue lo que dijo Eduardo, no puedo estar equivocada, ni siquiera me dio un número de teléfono para marcarle. Si, se arrepintió, si claro el muy desgraciado se casó y pretende que yo le aplauda su gracia para poder vivir tranquilo. Listo me voy, me voy y que se quede con las ganas de verme, pero juro que si me vuelve a marcar le voy a colgar, ni siquiera le voy a dar el gusto de escuchar mi voz.

Ah, para variar vaya tardecita, esa mujer ya se decidió y se acerca a mi mesa y hasta se quita sus ridículos lentes de sol ¡Dios no puede ser, sus ojos, su boca, no...!

- Hola Emilia, soy Eduardo... -