agosto 10, 2009

En resumen...

¿Qué hago aquí? Suspendida entre las redes de la inmortalidad y el funesto final de un breve suspiro, un barato eco que apenas es risible, imaginable, palpable.

La osadía de la vida que se ofrece por cinco nueces y un ritual comercial que se promueve global, virtual, cotidiano en demasía. Tan común y corriente a veces como las palabras vomitadas de una mente pueril que no tiene ojos ni existencia propia.

Es el camino de lo que no siempre tiene sentido, a pie descalzo las piedras arden más y le dan otro significado al desierto. Cosa curiosa, siempre hay una bruma nocturna para desesperanzar a la desolación en la cumbre de su porfiria.

No será la sublimidad de la palabra la que engulla la miseria que emana de las múltiples existencias, que en resumen no son nada sino montones hambrientos sin más voz ni motivación que programar sus vidas al son de la television abierta, que es una puta enferma y codiciosa a la que todos aman.

En resumen, la vida es bella, siempre es bella.